domingo, 13 de marzo de 2016

Monumentos y manifestaciones artísticas soviéticas en los países de la antigua URSS (Rusia)


Rusia: la memoria olvidada, la Ley Memorial y el Metro de Moscú

En el caso de Rusia, las relaciones con su pasado soviético son difíciles e incluso contradictorias. La experiencia soviética ha sido conceptualizada de distintos modos y se le ha dado distintos usos políticos por parte de las autoridades rusas tras el colapso de la Unión Soviética. Lo que hace distinto a Rusia de las otras exRepúblicas soviéticas es el papel central que el Estado tuvo en la URSS. En Rusia se encuentran el origen y el centro del régimen soviético, por lo que, cuando este desapareció, el Estado no pudo atribuir a un actor externo la responsabilidad de sus desgracias -algo que sí ocurrió con el resto países exsoviéticos.

Muchas de las exRepúblicas han desarrollado sus políticas de memoria cultural a partir del sentimiento de liberación que sintieron con el fin del comunismo y la URSS. Es por eso que, a partir de los años 90's y la independencia de éstas, se destruyeron monumentos y estatuas soviéticas y se empezó a gestar medidas desde los Estados para gestionar el pasado. Si bien Rusia también vivió con alivio el fin de la opresión soviética, este sentimiento vino acompañado -en algunos casos- de cierta frustración o melancolía de la Gran Rusia, sus logros y su expansión como potencia mundial.

La desaparición de la URSS y el sistema político comunista implicaron una crisis identitaria que, desde los 90's, la sociedad y el Estado ruso han intentado superar a fin de reconstruirse como Estado. Uno de los principales problemas es que la sociedad sigue traumatizada por la violencia y la represión de la época soviética -sobretodo en el periodo estalinista- pero sin embargo, se ha optado por la negación, el silencio y el olvido de los episodios más oscuros del pasado.

Putin usa la historia soviética pero también la historia prerrevolucionaria, como apoyo de la ideología nacionalista que propone y que sustituye ahora a la ideología comunista del pasado. El principal discurso es el de la Gran Rusia y su pasado glorioso, donde se mezclan elementos de la tradición zarista y la eslavófila, además de la etapa soviética. Con el objetivo de reforzar esta visión “justa” de los hechos, el gobierno de Putin ha promulgado la Ley Memorial. Este proyecto busca reestablecer prácticas de la época soviética, controlando los discursos que se generan e imponiendo su propia visión del pasado.


Por ser la capital del imperio ruso durante más de dos siglos, la cuna de la revolución bolchevique y participar activamente en la lucha soviética para acabar con las fuerzas nazis durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de San Petersburgo acoge un gran número de monumentos que evocan grandes victorias y conmemorativos. Sin embargo, son monumentos que siguen el discurso oficial de la memoria rusa. 



Campo de concentración en la ciudad de Perm

La voluntad de silencio y las reticencias a establecer responsabilidades dentro del propio se pueden ver reflejadas en la ausencia de monumentos oficiales en memoria de las víctimas del estalinismo. La actitud del gobierno no es sólo pasiva, sino que en los últimos años ha buscado obstaculizar la actividad de las asociaciones de víctimas que sí pretenden dar visibilidad al pasado. Además, Rusia tampoco se ha preocupado por preservar lugares de memoria como son los campos de concentración del sistema soviético. El único parcialmente conservado es el de Perm-36, a 100km de la ciudad de Perm, por iniciativa de una asociación de víctimas.

En 2009, activistas y liberarles iniciaron una cruzada con el objetivo de evitar el retorno de las estatuas y símbolos de Stalin al histórico metro de Moscú. La figura del líder soviético parece haberse revitalizado desde hace unos años atrás. Hoy en día Stalin es un personaje popular en Rusia y, pese a que se le reconocen sus responsabilidades, también se le considera uno de los padres del esplendor ruso.



Detalle del metro de Moscú


Bibliografía:

The Telegraph: Josef Stalin 'returns' to Moscow metro
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/6140394/Josef-Stalin-returns-to-Moscow-metro.html

El Mundo: Rusia no entierra a Stalin
http://www.elmundo.es/internacional/2015/12/27/567ee57bca4741b92c8b4587.html

Groppo, Bruno. Los problemas no resueltos de la memoria rusa
http://nuso.org/articulo/los-problemas-no-resueltos-de-la-memoria-rusa/?page=4

sábado, 12 de marzo de 2016

Monumentos y manifestaciones artísticas soviéticas en los países de la antigua URSS (Europa del Este)



En los países de Europa del Este aún se conservan bastantes más estatuas soviéticas, con la excepción de Ucrania, donde debido a los conflictos con Rusia se han destruido muchas desde 2013.


BIELORRUSIA
Algunos de los monumentos que destacan en Bielorrusia lo hacen por su tamaño. Un ejemplo es “la Cima de la Gloria”, cerca de Minsk. Este memorial conmemora la liberación de los nazis por parte del ejército rojo en 1944, lo que se llamó la Operación Bagration.


El Monte de la Gloria, cerca de Minsk.

El monumento hace 70 metros de alto y está formado por las cuatro bayonetas (a un tamaño exagerado) de los héroes que liberaron el país. Quiere representar la fraternidad y la hermandad de aquellos que lucharon juntos contra los enemigos. En la cima de la colina hay una especie de anillo con las caras de soldados y partisanos bielorrusos.


Detalle del anillo del Monte de la Gloria.

Otro monumento es el del Héroe del Fuerte Brest, uno de los más importantes para los bielorrusos. En 1965, durante el 20 aniversario de la liberación de Bielorrusia por parte de las tropas soviéticas, el gobierno decidió erigir un memorial en el fuerte Brest, uno de los escenarios de la segunda guerra mundial. Su inauguración fue en 1971, con muchos de los veteranos de guerra que lucharon para defender en fuerte.

Inauguración del monumento al Héroe del Fuerte Brest, 1971


Hoy en día se siguen invirtiendo millones en la restauración del monumento. Se calcula que solo en 2013 se destinaron 18 millones en su mantenimiento. Además, es tal el afecto que los bielorrusos sienten por este monumento que cuando la CNN lo catalogó como uno de los monumentos más feos del mundo, desde Bielorrusia se pidió que la cadena ratificara sus palabras.

MOLDAVIA

En 2014, el alcalde de Chisinau pidió que se quitaran los monumentos que honoraban las tropas soviéticas como liberadores de los nazis. Con este acto, el alcalde siguió los pasos de Estonia. A la vez, consideró que era una manera de acercarse a la Unión Europea, donde Moldavia quiere entrar. Sin embargo, ésta demanda creó polémica ya que algunos políticos lo vieron como un hecho aberrante ya que consideran que los monumentos a los soviéticos son parte de su historia. Por otro lado, un 80% de las estatus necesitan de una urgente restauración. 


Algunos de los monumentos son el memorial conocido como “Gloria a los héroes – liberadores”, que se encuentra la ciudad de Bender. Lo curioso de este memorial es que se construyó en 1984, mucho más tarde que los demás monumentos que hemos visto. Se decidió edificarlo en motivo del 40 aniversario de la liberación por parte de las tropas soviéticas.

En él, se ve como una estrella corona el memorial, rodeada por cinco torres que representan bayonetas. Además, en la base hay unos relieves que simbolizan las diferentes etapas de la Segunda Guerra Mundial.

Memorial a la Gloria de los héroes liberadores, en Moldavia

Otro caso es el del monumento renombrado “Eternitate” (Victoria durante la era soviética), en Chisinau. Consta de una estrella roja enorme de cinco puntas de 25 metros con una llama en el centro. En la parte noroeste de la estrella hay diferentes estelas que simbolizan recordatorios de la Segunda Guerra Mundial. También hay otras estelas con los nombres de los soldados que murieron defendiendo Moldavia, gran parte soviéticos.

El "Eternitate" de Chisinau


El memorial se inauguró en 1975 pero desde que Moldavia consiguiera su independencia en 1991, el gobierno se ha gastado 50 millones en reconstruirlo. Finalmente se volvió a abrir en 2006. Por lo tanto, vemos como también hay casos de monumentos que se han decidido conservar y mejorar.

UCRANIA
El 9 de abril de 2015 se aprobaba una ley que prohibía los símbolos nazis y comunistas en Ucrania y que obligaba a cambiar los nombres de plazas y calles o monumentos que estuvieran relacionados con los dos regímenes totalitarios, en un margen de seis meses. Ahora bien, se debe tener en cuenta que cuando Ucrania obtuvo la independencia en 1991, muchos ayuntamientos se encargaron de quitar aquellos elementos que recordaran el régimen soviético pero la explosión llegó a raíz del Euromaidán en 2013, cuando se derrocaron centenares de estatuas de Lenin repartidas entre diferentes ciudades de Ucrania.



Derrocamiento del monumento a Lenin en Kiev, 2013.


Para los ucranianos es una forma de mostrar que no quieren volver al pasado comunista, en un momento en que las ansias expansionistas de Rusia vuelven a aparecer. Ellos son independientes y como tales, no quieren mantener estatuas que les recuerden su opresión soviética.

Como se ve en el infográfico, en febrero de 2014 se derrocaron 376 estatuas de Lenin en toda Ucrania, coincidiendo con el período más sangriento del conflicto y la huida del país y destitución de Yanukovich, junto con las manifestaciones pro-rusas y el posterior referéndum de Crimea en marzo de 2014. Precisamente, desde que empezara la crisis de Crimea, la destrucción de estatuas de Lenin se ha mantenido de media en unas 20 por mes. Esta situación ha provocado que de 5.500 estatuas que había en 1991, hoy en día queden 1.300, una disminución considerable si lo comparamos con otros antiguos países soviéticos.

Caída de estatuas de Lenin en Ucrania
Observando este mismo infográfico, vemos como Ucrania es el país donde más estatuas de Lenin se han destrozado mientras que en las otras antiguas repúblicas soviéticas el número es menor. Sin embargo, las repúblicas bálticas son los únicos países donde no quedan estatuas de Lenin en pie. 


Bibliografía:


Monumentos y manifestaciones artísticas soviéticas en los países de la antigua URSS (Países Bálticos)

En los países bálticos se han seguido unas políticas bastante similares respecto  los monumentos de la era soviética. Desde 1991 se han ido quitando las estatuas de los lugares públicos pero su recolocación varía según el país.

ESTONIA
En Estonia, desde 1991 los monumentos se han destruido, quitado de circulación o cambiado de sitio. En los últimos años, desde el Museo de Historia de Estonia se ha creado una exposición exterior en el Maarjamäe Palace donde albergar antiguas estatuas comunistas. Es una forma, consideran desde el museo, de contar la historia de la ocupación soviética. Hoy en día tienen 15 estatuas pero siguen recogiendo más. Entre estas estatuas, hay un busto de Lenin de bronce que durante la era soviética estuvo colocado en el Palacio de Cultura pero que, cuando Estonia consiguió su independencia, se guardó en los almacenes del nuevo Centro Cultural Johvi hasta que en 2004 el centro se convirtió en sala de conciertos. Entonces, la estatua fue rodando por diferentes sitios hasta que en 2008 llegó al Museo de Historia de Estonia.
Busto de Lenin en el Maarjamäe Palace
Sin embargo, el desmantelamiento de monumentos no siempre es bien visto, sobre todo desde Rusia. En 2007 sucedieron una serie de altercados a raíz de la decisión del gobierno de desmantelar un monumento a los soldados soviéticos caídos en la Segunda Guerra Mundial (El soldado de Bronce). Desde Rusia se consideró este acto como “sacrílego e inhumano”  y se amenazó con sanciones a Estonia.

El Soldado de Bronce
LITUANIA
El caso de Lituania es quizá, el más curioso de los tres bálticos. Se ha construido un parque en Vilnius, el Grutas Park, donde se han puesto todas las estatuas soviéticas, con una mayoría de Stalin, lo que ha llevado el parque a ser conocido como “el mundo de Stalin”.
Este parque se creó en 2001, cuando un se cogieron las estatuas y, bien por miedo a que las destruyeran o porque ya estaban deterioradas, se colocaron en un mismo lugar. Hoy en día hay 86 estatuas soviéticas.

Bustos de Marx, Engels, Lenin y Stalin en el Grutas Park
Las únicas estatuas soviéticas que quedaban en Vilnius estaban  en el Puente Verde. Eran de un estilo realista socialista, donde se representaban valores soviéticos como la agricultura, la educación de la juventud, la industria o las tropas para mantener la paz.
Estatua que representa la agricultura y la cual estaba colocada en el Puente Verde de Vilnius
Sin embargo, en julio de 2015 el ayuntamiento decidió quitarlas porque según su alcalde Remigijus Simasius: “The statues represent a lie. Their heroic portrayal of the Soviet people - that is all a lie ... The statues are a mockery of the real people who had to live during the Soviet period".

LETONIA
Al igual que sus compañeros bálticos, Letonia también empezó a quitar los monumentos soviéticos a partir de 2001 pero aún mantiene el Monumento a la victoria soviética. Este está formado por un gran obelisco de 79 metros flanqueado por dos conjuntos escultóricos (la madre patria y tres soldados soviéticos). 

Monumento a la victória soviética, Riga.
Detalle del Monumento a la victória soviética, Riga. 
Sin embargo, desde 2013 diferentes partidos han pedido que se desmantele ya que consideran que no representa la verdad. El episodio representa en teoría la liberación de los nazis por parte de las tropas soviéticas, pero los letones consideran que no fueron liberados porque salieron de un régimen totalitario para entrar en otro. 


Bibliografía:

sábado, 5 de marzo de 2016

Monumentos y manifestaciones artísticas soviéticas en los países de la antigua URSS (Países Caucásicos)

El objetivo de esta última entrada del Blog es analizar la imaginería soviética establecida en iconos, símbolos, monumentos públicos, estatuaria, etc. de los antiguos países de la URSS.

Georgia: La Freedom Charter y la estatua de Stalin en Gori
En 2011, el Parlamento de Georgia aprobó una ley que abrió el proceso para la destrucción de los monumentos y nombres de calles de la época soviética. Con esta propuesta, el Estado buscaba alejarse de su pasado comunista y refriar sus vínculos con Rusia. La relación del Estado con Rusia se tensaron a partir de 2003, momento en que el actual presidente Mijail Saakashvili derrotó al líder post-soviético Eduard Shevardnadze durante la denominada “Revolución de las rosas” y se comprometió a sacar al país de la influencia de Moscú.




Busto de Lenin en frente de una factoría soviética abandonada, en Tbilisi en 2011

La lley -llamada Freedom Charter- incluyó la creación de una comisión para identificar aquellos símbolos, monumentos, inscripciones, nombres de calles y parques que pueden vincularse con la ideología soviética, con el objetivo de eliminarlos. La reacción de Moscú no tardó en llegar, afirmando que la propuesta buscaba eliminar el pasado histórico de la población. Sin embargo, la eliminación de monumentos y símbolos de la era comunista se lleva haciendo desde poco después del colapso de la URSS en 1991.




Estatua de Josef Stalin en la plaza central de Gori


La perspectiva del actual presidente Saakashvili no es compartida por todos los georgianos y lo cierto es que las propuestas alrededor de este tema han variado según etapas políticas y los gobernantes que las llevaban a cabo. Por ejemplo, una estatua de Josef Stalin en la plaza central de Gori -una pequeña ciudad del centro de Georgia, lugar donde nació el líder comunista- reflejan directamente la relación de la población respecto a su pasado soviético.



Estatua de Josef Lenin siendo desmontada de su emplazamiento público, en 2010

En 2010, la estatua fue desmontada de la plaza y almacenada en las afueras de Gori, sin que se llevase a cabo ningún debate público previo o notificación previa a la población. Actualmente, el consejo de la ciudad se plantea reubicar la estatua en su emplazamiento inicial. El motivo es la gran cantidad de peticiones por parte de la población local, especialmente gente mayor, que se siente nostálgica de su pasado soviético. En octubre de 2015, se aprobó que la reinstauración de la estatua en un pequeño parque, cerca del museo de Stalin. Miembros de la oposición, como representantes del National Movement o Free Democrats han denunciado la acción, sin embargo, des del gobierno se ha considerado que la estatua formará parte de las dependencias del museo y que en ningún caso celebrará el régimen soviético o las políticas del dictador.


Azerbaiyán: el caso de Bakú, la arquitectura y estuaria soviética
Azerbaiyán tiene unas relaciones difíciles con Rusia tras su independencia, que pueden verse reflejadas de forma directa en la manera cómo el Estado ha decidido conservar su patrimonio soviético. Bakú -capital actual de Azerbaiyán- fue una de las capitales más importantes de la URSS, de gran importancia económica debido al petróleo del Caspio. Gran parte de la arquitectura de construcción soviética en Bakú se ha reducido recientemente para hacer sitio a los proyectos de renovación de la ciudad.




Estatua de Sergey Kirov en Bakú

La mayoría de los monumentos de la era comunista en Azerbaiyán fueron retirados después de la independencia en 1991. Uno de los monumentos más destacados en Bakú era una estatua gigante de Serget Kirov, con vistas a la ciudad y el mar Caspio. Éste fue uno de los líderes bolchevique más influyentes, responsable de liderar el Ejército Rojo hacia Bakú en 1920 y establecer un gobierno soviético. Su muerte, en extrañas circunstancias, le convirtió en un héroe de su época y las siguientes generaciones, motivo por el que, en 1939, se erigió esta estatua. Tras la independencia de la URSS, Una estatua de Lenin, situada frente a la Casa de Gobierno, también fue eliminada en 1991. 


Desmantelamiento de la estatua de Kirov, en 1991

Otro de los monumentos soviéticos que ya no existen hoy en día es el conmemorativo de los 26 comisarios de la comuna de Bakú. La comuna fue derrocada en 1918 y los comisarios fueron ejecutados. El edificio, diseñado por Alesker Huseynov, tenía en el centro una gran plaza con un monumento en el que un hombre salía de la tierra, sosteniendo una llama de fuego. A su alrededor, un círculo de piedras incluía el nombre de los comisarios muertos, ya que sus cuerpos yacían en el memorial.  En enero de 2009, las autoridades de Bakú iniciaron la demolición del monumento y los restos de los comisarios fueron llevaron al cementerio de Hovsan. Autoridades de izquierdas, junto al Partido Comunista de Azerbaiyán, se opusieron al desmantelamiento. 




Monumento conmemorativo de los 26 comisarios de la comuna de Bakú

Algunos monumentos soviéticos han logrado sobrevivir. Uno de los más notables es una estatua gigante de estadista soviético Nariman Narimanov. El monumento fue erigido por Heydar Aliyev, en 1970, el Secretario del Comité Central de la RSS de Azerbaiyán, más tarde, el presidente del Estado. 


Monumento a Nariman Narimanov en Bakú

Otros ejemplos son el antiguo Palacio de los Soviets, actualmente el Casa de Gobierno, el principal hito soviético en Bakú y uno de los edificios más destacados de la arquitectura estalinista. El Palacio de los Soviets se construyó entre 1936 y 1952 , mostrando un estilo donde el barroco, el realismo socialista y la arquitectura oriental se mezclan. Otros ejemplos de gran arquitectura soviética son el estadio deportivo y de conciertos, la estación de tren o las estaciones de metro de Bakú, decoradas como al estilo del de Moscú.



Palacio de los Soviets, convertida actualmente la Casa de Gobierno


Armenia: los monumentos de Ereván
En Armenia, el pasado soviético es fuertemente visible en el conjunto de monumentos erigidos en la ciudad de Ereván, capital del Estado. Tal y como ocurre en otros casos, las capitales concentran un número elevado de monumentos y simbología soviética. Entre ellos encontramos multitud de parques, jardines estatuas, además del Monumento dedicado al genocidio armenio, situado en la colina oeste de la ciudad. Su construcción se inició en 1966, después de que un millón de armenios se manifestasen en motivo del 50 aniversario del genocidio. Dos años después, el monumento estaba terminado.




Monumento al genocidio armenio en Ereván

El monumento está compuesto por una enorme estela junto a 12 losas organizadas en un círculo, de donde brota una llama eterna. Además, una larga pared lleva inscrita los nombres de las ciudades y los pueblos en los que se vivieron masacres de los armenios. La construcción no sólo sigue en pie, sino que cada 24 de abril recibe a miles de armenios de todo el mundo para conmemorar el genocidio. 

La plaza central de la ciudad, hoy en día llamada La plaza de la República, es también fruto de las planificaciones urbanísticas soviéticas. El diseñador del espacio fue Alexander Tamanian, que ideó la plaza en 1924 a pesar de que su construcción no se completaría hasta los años 60s. Si bien la plaza continúa siendo hoy en día un espacio de encuentro y celebración de festividades -además de concentrar museos y otros emplazamientos-, el nombre original del lugar fue cambiado. En un principio, ésta era conocida como la plaza de Lenin ya que en el centro había una estatua del líder. Sin embargo, en 1990 -en motivo de la independencia de Armenia- el nombre y la monumento fueron desmantelados.



Sello impreso de la URSS de alrededor de 1978. Muestra la Plaza de Lenin en Ereván

El sello de 1978 muestra la actual plaza de la República antes de que el monumento de Lenin fuese desmantelado. Además, refleja la importancia en ese momento de reforzar aquellos símbolos soviéticos entre la población. Hoy en día, la plaza 




Cascada en Ereván


En Everán también se encuentra un monumento-cascada, fruto de la planificación soviético. Lo curioso del monumento es que empezó a construirse en 1970 y quedó parado con la caída del comunismo. Las obras no se detuvieron hasta 1979, sin embargo, el coleccionista de arte Gerard Cafesjian las reanudó al impulsar otra vez el proyecto. Actualmente, el monumento despierta cierto interés debido a su restauración y la construcción de un museo de Arte Contemporáneo.




martes, 1 de marzo de 2016

Análisis de los movimientos migratorios


En los antiguos países de la URSS se observan situaciones muy diferentes respecto las migraciones si las observamos de cerca. Encontramos tres situaciones:
  1. gente que huye de su propio país por guerras (Ucrania, Georgia, Armenia y Azerbaiyán), 
  2. países que reciben refugiados (Armenia, vienen de Siria; Moldavia y Bielorrusia, reciben refugiados de Ucrania) 
  3. gente que no tiene ciudadanía, concentrados sobretodo en Estonia, Letonia y Ucrania pero presente en los nueve países ex soviéticos.
En el primer caso, encontramos un factor común. La guerra dentro de un territorio ha hecho huir miles de personas en busca de un lugar mejor. Son los casos de Ucrania, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. El caso más reciente es el de Ucrania, que sigue vigente, pero primero vamos a observar los otros tres casos. En Georgia hubo dos olas migratorias: en los años 1990s, cuando hubo un conflicto armado entre las repúblicas de Abjasia y Osetia del Sur y en 2008, a causa del conflicto entre Georgia y Rusia por el control de Osetia del Sur. Cuando Georgia estaba bajo el control soviético, había dos regiones autónomas del país, Abjasia y Osetia del Sur, que siguieron formando parte de la URSS cuando Georgia consiguió la independencia. Esto acabó provocando una guerra entre Georgia y las dos regiones con Rusia para conseguir su independencia. Actualmente sólo Rusia reconoce los dos territorios.



En Armenia y Azerbaiyán hubo un conflicto común. Dentro de Azerbaiyán había una región, Nagorno-Karabaj, que quiso independizarse y contó con el apoyo de Armenia, ya que estos consideraban que el territorio les había pertenecido en el pasado y tenía población armenia. Debido a la lucha continua, muchos habitantes de Nagorno-Karabaj huyeron a Azerbaiyán.



Dentro de este primer caso de desplazados internos, la situación más vigente y conocida es la de Ucrania. Después de la crisis de Crimea, donde una región celebró un referéndum y se quiso independizar de Ucrania, unas 800.000 personas han huido del país debido a la guerra e inestabilidad que ha aparecido en el país de Europa del este.



En relación al conflicto de Ucrania, encontramos el tercer tipo de países, los que reciben refugiados. Estas 800.000 personas que huyen de Ucrania se dirigen, sobretodo, a dos países: Bielorrusia y Moldavia, vecinos del este. En Bielorrusia han recibido, en 2015, 126.407 solicitudes de asilo mientras que en Moldavia ha habido 6.779 solicitudes. El otro caso de país que recibe refugiados de guerra es Armenia, el cual en 2014 recibió 14.994 sirios de origen étnico armenio. Por lo tanto, vemos como los refugiados van a países según su proximidad o relación étnica con el país de nacimiento.

Respecto la gente que no tiene ciudadanía encontramos tres grados. En primer lugar aparecen Estonia, Letonia y Ucrania, que tienen entre 35.000 y 270.000 personas sin ciudadanía. En 1991, tanto en Estonia como en Letonia, después de conseguir la independencia, fueron reconocidos como ciudadanos aquellos que eran estonios o letones (junto con sus descendientes) antes de la ocupación soviética de 1941. En el caso de Ucrania, los residentes permanentes fueron los únicos que pudieron obtener la ciudadanía en 1991. Pero cada país tiene sus singularidades.

En Estonia, después de 1991, quedaban rusos en el territorio, quienes tuvieron que elegir entre escoger la ciudadanía rusa o bien hacer exámenes de ciudadanía en estonio (lengua totalmente diferente del ruso y por tanto imposible de hacer). Por lo tanto, quedaron en el limbo, sin pasaporte ruso ni estonio. Hoy en día, las personas sin ciudadanía pueden votar en las elecciones locales pero no en las generales y los padres que llevan cinco años viviendo en Estonia pueden pedir la ciudadanía para sus hijos menores de 15 años.

En Letonia, aquellos que no tienen ciudadanía letona o de cualquier otro país son considerados no ciudadanos. Esto provoca que no puedan votar en las elecciones ni acceder a determinados puestos de trabajo y a la vez están exceptos de hacer el servicio militar. Sin embargo, pueden viajar por la zona Schengen como los demás ciudadanos letones. Sólo si llevan viviendo cinco años en el país, pasan un examen y saben el himno pueden obtener la naturalización letona.

El caso de Ucrania es particular en el sentido que si sólo consiguieron la ciudadanía aquellos que residían en el país en 1991, significa que aquellos que habían nacido en Ucrania pero fueron deportados a campos de concentración durante el gobierno de Stalin, al regresar a su país no obtuvieron la ciudadanía. Algunos de estos, llegaron a Ucrania con pasaporte de Uzbekistán (otro antiguo país de la URSS) pero gracias a un acuerdo entre ambos países, se consiguió que los ucranianos con pasaporte uzbeko pudieran obtener su verdadera nacionalidad.

A parte de Estonia, Letonia y Ucrania, que concentran el mayor porcentaje de no ciudadanos, hay otros casos. En Lituania, Bielorrusia, Moldavia, Azerbaiyán hay entre 2.000 y 6.500 personas sin ciudadanía, y en Armenia y Georgia, entre 200 y 800. 


Tasas de migración más recientes


Si analizamos las tasas de migración más recientes (2014), veremos que la mayoría de países de la antigua URSS se encuentran en valores negativos. Esto significa que, en la mayor parte de estos Estados, hay más población que marcha del país que no que viene. Parte de estos flujos migratorios, que reflejan una salida de la población a otros países, se produce entre países de la antigua URSS. Sin embargo, los países de la Unión Europea representan un destino importante. Los Estados con una tasa de migración más negativa son Moldavia, con un -9,8 ‰, Armenia con un -5,88‰, Estonia con un -3,37‰, Georgia con un -3,25 ‰. Por el contrario, aquellos países que continúan recibiendo migrantes de otros Estados son Rusia con un 1,69‰ y Bielorrusia con un 0,78‰. Sin embargo, estos porcentajes no llegan a la media de la Unión Europea, que registra un saldo positivo del 2,22‰. Estos datos permiten afirmar que las grandes potencias como Rusia o la Unión Europea continúan siendo polos de atracción a la hora de analizar los movimientos migratorios.

Esta tasa hace una media entre las entradas y salidas de migrantes en los Estados, por lo que puede que haya países con un alto número de inmigrantes y, a su vez, también un porcentaje muy elevado de emigrantes hacia otros Estados. Las tasas más moderadas podrían responder a estas dinámicas, por ejemplo, Azerbaiyán, Ucrania o Bielorrusia. 

Crisis de refugiados

La cercanía de los países de la antigua URSS respecto a Turquía y Grecia, puerta de entrada del enorme flujo de migración como consecuencia de los conflictos en el Medio Oriente -especialmente Siria-, ha supuesto la llegada de refugiados y migrantes a todos los países de Europa, en mayor o menor medida. Esta oleada ha generado como consecuencia todo un seguido de declaraciones por parte de los portavoces y dirigentes de los países receptores de los migrantes, la mayoría de las cuales se han posicionado en contra de permitirles el acceso. Por ejemplo, el presidente ruso Vladimir Putin alabó la política migratoria de Hungría, que se ha caracterizado por sus duras críticas contra Bruselas por abrir las puertas al flujo de inmigrantes procedentes de las zonas en conflicto. Textualmente, dijo que "Simpatizamos con la postura del primer ministro de Hungría, que se basa en defender la identidad europea, la identidad de su país, de su pueblo".

Los problemas para gestionar la llegada de millones de personas se le suman reticencias culturales y religiosas, cayendo en discursos xenófobos. Por ejemplo, los países báltico se mostraron preocupados por la llegada de refugiados musulmanes. El ministro de Protección Social de Estonia, Margus Tsahkna, expuso públicamente que las mujeres con el pelo cubierto por un hiyab son “inherentes” en la sociedad, ya que la gente ha de ser identificable”. 


En conclusión, las migraciones han sido una constante en todos estos países, en los cuales la mezcla étnica juega un fuerte papel, así como también el hecho de haber formado parte de un gran conglomerado como fue la URSS, que aglutinó etnias, lenguas, y en definitiva, gente de orígenes muy diversos. Este panorama formó un saco lleno de diferencias que nunca se han ido y aún hoy en día siguen dando guerra.

Dinámicas Demográficas de los antiguos países de la URSS





Hemos utilizado distintos índices -natalidad, mortalidad, mortalidad infantil, esperanza de vida, fertilidad, etc- con el objetivo de analizar la situación demográfica de los distintos países de la antigua URSS. El objetivo ha sido comparar los resultados de los Estados que comparten su pasado soviético así como también vincularlos con los promedios de la Unión Europea.


Tasa de Natalidad y mortalidad infantil



Gráfico 1
Tasa de Natalidad europea




En cuanto a la tasa de natalidad, los países de la antigua URSS registran unas cifras de entre 9.36‰ y el 16.96‰. Los Estados con unos índices de natalidad más bajos son Lituania (9.36‰), Ucrania (9.41‰) y Letonia (9.79‰). Aquellos que tienen unas tasas más altas son Azerbaiyán (16.96‰), Armenia (13.92‰) y Georgia (12.21‰). Existe una clara diferencia entre los países bálticos, con unos índices que están por debajo de la media europea (10.17‰), y los países del este y los caucásicos -con excepción de Ucrania- que presentan índices por encima de la media europea. Tal y como se puede observar en el mapa, países como Lituania, Letonia, Bielorrusia o Ucrania podrían compararse con países europeos como España, Italia o Alemania, por tener índices por debajo del 10‰. Otros como Estonia, Rusia podrían compararse con las tasas de países como Polonia, Rumania o el Reino Unido. A pesar de que Azerbaiyán no aparece en el mapa, éste estaría registrado con el color más fuerte, debido a su alta tasa de natalidad.


Estos índices más altos pueden vincularse a parámetros culturales o una menor planificación familiar, pero también deben relacionarse con la existencia de unas tasas de mortalidad infantil mayores. Si la media europea se sitúa alrededor de 4.33‰, encontramos que los países de la antigua URSS con más natalidad tienen unas cifras de muertes infantiles también mayores. Por ejemplo, destaca el 26.67‰ de Azerbaiyán o el 16.68‰ de Georgia. De estos datos se pueden extraer que las tasas de natalidad elevadas buscan compensar la mortalidad infantil, que puede vincularse a los niveles de pobreza del país más altos y una menor calidad de su sistema sanitario gratuito.


Mortalidad y esperanza de vida 


Tasa de mortalidad europea



Los índices de Mortalidad en los países de la antigua URSS se sitúan entre el 7.09‰ y el 13.83‰. Los Estados con una mortalidad más baja son Azerbaiyán con un 7.09‰, Armenia con un 9.3‰ y Georgia con un 10.77‰. Aquellos que presentan unos índices más altos son Ucrania con un 15.72‰, Rusia con un 13.83‰ y Estonia con un 13.69‰. Más allá de casos como el de Azerbaiyán, con unos índices muy bajos, la media de la tasa de mortalidad en los países de la antigua URSS se sitúa alrededor del 12.1‰, casi dos puntos mayor que la de la Unión Europea. Esta cifra puede vincularse una vez más a los niveles de pobreza más altos y también a través del análisis de la estructura de la población y la expectativa de vida. Aún así, podemos considerar que todos ellos tienen una tasa de mortalidad baja. 

A diferencia de lo que ocurre en el mapa de la natalidad -en la que los distintos países de la antigua URSS presentan unos valores más o menos parecidos a los de los Estados de la Unión Europea- en este caso vemos que el mapa de la tasa de mortalidad refleja unos índices más elevados por parte de los países con un pasado soviético. Todos ellos -excepto Armenia- registran unas cifras que sólo podemos comparar con las de Bulgaria o Serbia.

En los países de la antigua URSS, la esperanza se encuentra entre los 63 y los 71 años en los hombres y los 74 y los 80 años en las mujeres. Aquellos Estados con la esperanza de vida más baja son Ucrania con 69 años, Moldavia y Rusia con 70 años, y Azerbaiyán con 71 años. Por contra, aquellos países con más esperanza de vida son Lituania con 75 años, Estonia y Armenia con 74 años y Lituania con 73 años. Aún así, estas cifras no consiguen alcanzar a la media de la Unión Europea, que sitúa la esperanza de vida alrededor de los 80 años. Este parámetros está influenciado por factores como la calidad de la medicina, la higiene o los conflictos, además de hábitos. Sin embargo, la esperanza de vida de todos los países ha ido a la alza.


Fertilidad y tasa de sustitución de la población 


La tasa de fertilidad es quizás una medida más objetiva que la tasa de natalidad, ya que nos permite ver los nacimientos por mujer. Los países de la antigua URSS registran unos valores que van desde los 1,29 de Lituania a los 1,91 de Azerbaiyán, por lo que ningún Estado llega a los 2 hijos por mujer. La media total de los países de la antigua URSS se sitúa entorno a los 1,53 hijos, una cifra que se acerca a las tasas de Bielorrusia o Moldavia. En este caso, vemos que la media está por debajo de la que se da en la Unión Europea, de 1,6 hijos por mujer, sin embargo, también encontramos diferencias dentro de los propios países de la Unión Europea.

Este índice está vinculado al de la tasa de sustitución de la población. Un promedio de dos hijos por mujer permite una substitución idónea de la población. Los promedios por encima de dos hijos por mujer indican países en aumento y con una edad media que está disminuyendo. Por el contrario, aquellos países que están disminuyendo su población y que registran edades medias más elevadas suelen presentar promedios por debajo de dos hijos. Este hecho se da en todos los países de la antigua URSS y también en la media de la Unión Europea. Destacan por su escasa fertilidad países como Lituania con 1,29 hijos por mujer o Ucrania con un 1,3 hijos por mujer.


Evolución del crecimiento vegetativo: causas y consecuencias

En cuanto la evolución del crecimiento vegetativo, cabe destacar que casi todos los países de la antigua URSS presentan un crecimiento negativo, lo que permite afirmar que casi todos los países están perdiendo población. Azerbaiyán es el único Estado que actualmente está ganando población, mientras que el resto de los Estados la están perdiendo. Por ejemplo, los países con cifras negativas más altas son Moldavia (-1.02%) Estonia (-0.68%), Ucrania (-0.64%) o Letonia (-0.68%). Por contra, los países cifras negativas menores son Rusia (-0.03%), Georgia (-0.11%), Armenia (-0.13%) o Bielorrusia (-0.19%). 

Para explicar estas dinámicas es necesario analizarlas en concordancia con las tasas de natalidad y mortalidad de los Estados, así como sus índices de fertilidad. Aquellos países con unas tasas de mortalidad más altas que las de natalidad reflejan un mayor número de muertes que de nacimientos. En consecuencia, el Estado pierde población. Sin embargo, un factor que es necesario destacar es los índices de migración, que acrecentarán o disminuirán las dinámicas resultantes de los patrones de natalidad y mortalidad de la población. Este hecho explicaría la alta tasa de crecimiento de la media europea.

Estructura de la Población

El análisis de la estructura de la población nos permite ver la edad media de los habitantes del Estado. En referencia a este dato, existen diferencias considerables entre los distintos países. Por ejemplo, Estonia, Letonia, Lituania una media de edad alrededor de los 41 años. Por debajo se encuentran países como Ucrania con una media de 40 años y Bielorrusia, con 39 años. Los países del Este, como Georgia, Armenia y Azerbaiyán, registran medias de edad de hasta diez años menos: 37 años, 33 años y 30 años respectivamente. La media de población nos permite ver el grado de envejecimiento de la población, que se vincula a la vez con las tasas de natalidad y muerte.





























Distribución de la población




Observando el mapa se puede ver como los países bálticos, sobretodo Estonia (0,3%) y Letonia (0,4%) son de los que tienen la densidad de población más baja de Europa. De la misma forma, se ve como esta baja densidad se corresponde con un territorio en su mayoría rural, siendo las capitales (Riga, Tallin y Vilnius) los centros urbanos de los tres países. Si lo comparamos con los países de Europa del Este, se observa como Bielorrusia también tiene una densidad de población bastante baja (0,46%), solo superada por los países escandinavos. En cambio, Ucrania (0,73%) y Lituania (0,6%) tienen más densidad de población. Respecto los países del Cáucaso, los tres tienen, en cambio, una densidad de población más elevada. Esto se debe a su pequeño tamaño. Azerbaiyán tiene un 1,12% de densidad de población, Georgia el 0,7% y Armenia un 1,03%. 
Densidad de población. Fuente: Index Mundi


Es muy interesante fijarse en los datos de desempleo para ver las diferencias regionales. Uno  tiende a pensar que los países de Europa del Este son lugares bastantes pobres pero según los datos oficiales de 2013 no es así del todo. Ucrania sólo tiene una tasa de desempleo del 8%, Moldavia del 6% y, el caso más sorprendente es Bielorrusia, con sólo el 1% de paro convirtiéndose en el país de Europa con menos desempleo. En el caso de Bielorrusia, depende mucho de los tratos comerciales con Rusia ya que esta es a la vez el principal mercado donde exportar y de donde importan productos, en el cual los derivados del petróleo son de un uso relevante.

En las tres repúblicas bálticas, en cambio, aun siendo miembros de la UE, tienen una tasa de desempleo mayor (sin llegar a los porcentajes de España o Grecia). Estonia tiene el 11% de la población en paro, Letonia el 10% y Lituania el 12%. En el caso de los países caucásicos, la tasa de desempleo se mantiene baja en Azerbaiyán, con el 6% pero sube en Georgia (15%) y Armenia (17%). En el caso de Azerbaiyán, la industria petrolera juega un papel importante en el bajo paro, siendo el petróleo y el gas natural dos de sus productos más exportados al resto de territorios. En Georgia es muy importante entender su dependencia de Rusia para mantener su economía, aun teniendo el paro elevado. La mayoría de las infraestructuras son de propiedad rusa o llevadas directamente por rusos, sobre todo el sector energético.
Tasa de desempleo. Fuente: Index Mundi

Sin embargo, todos estos datos deben entenderse en relación a la densidad de población, ya que si un territorio tiene menos habitantes hay más probabilidades que estos trabajen porque no hay tanta competencia. Además, en muchos de estos países el poder adquisitivo tampoco es tan alto como en Europa central y el índice de pobreza es mayor (supera el 20% en todos los países  excepto en Lituania, Bielorrusia y Azerbaiyán donde llega al 7%) así que aunque haya menos paro, los sueldos son más bajos.

POLÍTICAS DE DESARROLLO
Desde la Unión Europea se han creado diferentes políticas de desarrollo respecto los países de Europa del este y el Cáucaso. Entre estas destacan la European Neighborhood Policy (ENP). Se creó en 2003 y su objetivo es luchar porque las relaciones entre la UE y los países del este de Europa y el Cáucaso sean más prósperas, estables y seguras, tanto a nivel político como económico y también en el aspecto de la seguridad. Para lograrlo, la UE dispone de un ENI (European Neighborhood Instrument) dotado de 15,4 billones de euros a usar entre 2014 y 2020. Este fondo se utiliza, básicamente, para lo que desde la UE llaman cooperación bilateral. Para poder utilizarlo, los países no miembros de la UE deben tener un Plan de Acción acordado con la Unión Europea. Este plan marca una agenda de reformas políticas y económicas, según las prioridades necesarias en cada país.  
Por ejemplo, en el caso de Armenia, uno de los acuerdos es respecto a la pobreza. Parte de los fondos debería emplearse en reducir el índice de pobreza y emplear políticas de ayuda social. En el caso de Azerbaiyán, uno de los principales puntos de interés está en el conflicto con Armenia respecto el territorio de Nagorno-Karabakh. Aunque el conflicto terminó en 1994, ha habido pequeños conflictos desde entonces y el objetivo de la UE es mantener la paz en el territorio.
En el caso de Ucrania, el plan de acción se llama Association Agreement y entre los puntos tratados hay un apartado destinado a las relaciones fronterizas con los otros países. Por ejemplo, el acuerdo se centra en promover las relaciones territoriales y económicas en los territorios fronterizos.  En Georgia, uno de los puntos tratados hace referencia a mejorar las relaciones con Rusia, ya sea a través de la cooperación territorial a nivel fronterizo o político. En Moldavia, por su parte, hay puntos del Plan de Acción sobre mejorar las relaciones comerciales entre países y facilitar los negocios.  La mayoría de planes de acción son del 2004, excepto el ucraniano, que es de 2013. Seguramente si se hubiera redactado más tarde se habría puesto más énfasis en el conflicto de Crimea con  Rusia.
Dentro del ENP también se quiere fortalecer los vínculos de la sociedad civil con la democracia de cada país, sobre todo a nivel local, donde se quiere que las organizaciones lleguen a cuanta más gente mejor.
El mismo fondo ENI también sirve para financiar programas regionales y de cooperación transfronteriza (Cross Border Cooperation). Este se centra en promocionar el desarrollo económico y social, mejorar la seguridad, el medio ambiente y, a la vez, quiere mejorar las condiciones de vida de las personas.  El CBC tuvo un presupuesto de 950,5 millones de euros entre 2007 y 2013, proveniente del European Regional Development Fund.

Fuentes:
The World Factbook - CIA
Index Mundi
European Neighborhood Policy
Cross Border Cooperation